El poder invisible de un líder: su mundo interno.
Descripción de la publicación.
Carla Casañ
6/3/20253 min read


Tu mochila emocional también lidera.
Hace poco leí una frase que, personalmente, me atravesó y se me quedó grabada:
"A un líder no lo derrota la presión, lo derrota el caos emocional."
Y pensé: cuánta verdad hay ahí. Porque todos, en algún momento, hemos sentido que no era la carga lo que nos pesaba, sino el desorden interno. No era el trabajo, sino la ansiedad. No eran las decisiones, sino el ruido mental. No era lo externo, era lo no resuelto dentro.
Yo misma lo he vivido.
Recuerdo situaciones en las que algo aparentemente pequeño desencadenaba una reacción desmedida en mí. Situaciones cotidianas en las que me encontraba crispada, irritable, desbordada sin saber bien por qué. Era como si mi reacción viniera de un lugar más profundo que el presente. Un lugar que no había tenido espacio para mirar ni entender. En los que reaccionaba sin entender por qué. Me enfadaba por cosas que no eran tan graves. Me sentía atrapada, sin espacio ni oxígeno, y desde ahí… era imposible actuar con claridad.
Y no era porque tuviera demasiadas responsabilidades. Era porque por dentro, mi mundo estaba hecho un torbellino. No sabía cómo gestionarme. No sabía cómo calmarme. No sabía ni siquiera cómo escucharme. Solo sentía presión. Y me defendía. A veces con rabia, otras con exigencia, otras con evasión.
Hasta que empecé a observar.
Porque el liderazgo, el real, empieza por dentro. No tiene que ver con cuántas personas diriges, sino con cómo te diriges a ti cuando algo no va como esperas.
Una de las grandes diferencias que he aprendido en este camino entre una persona reactiva y una que lidera desde la calma es la capacidad de presencia ante lo inesperado. No se trata de controlarlo todo. Se trata de sostener lo que ocurre sin desmoronarte por dentro. Y para eso hay que haber hecho un trabajo interno.
Porque lo que muchas veces se activa en esas reacciones desmedidas no es el presente, sino un eco del pasado. Un recuerdo no resuelto. Una necesidad no escuchada. Una herida que sigue abierta y que, al menor roce, salta.
Como escribe Daniel Goleman en Inteligencia emocional: “Las emociones son importantes para el ejercicio de la razón. En la danza entre el sentir y el pensar, la emoción guía nuestras decisiones instante tras instante, trabajando mano a mano con la mente racional y capacitando —o incapacitando— al pensamiento mismo.”
Y ahí entendí que la mayoría no reaccionamos al ahora, sino al ayer que nunca miramos.
Somos seres llenos de momentos mal integrados, emociones no digeridas, experiencias que cargamos como si nunca se hubieran ido. Y así, cuando lideramos, lo hacemos con esa mochila. Una mochila que condiciona nuestras decisiones, nuestras respuestas, nuestras relaciones. Una mochila que nadie ve, pero que pesa. Y mucho.
Hace tiempo decidí abrir esa mochila. Esa que todos llevamos a la espalda, aunque a veces finjamos que no pesa. Una mochila hecha de historias que nunca contamos, emociones que no supimos gestionar, expectativas heredadas, heridas no cicatrizadas. Y al abrirla, no solo encontré lo que dolía, sino también lo que me hacía fuerte.
Porque para poder caminar ligero, primero hay que mirar lo que se arrastra. Empezar a ver qué llevaba dentro. Porque quería vivir más ligera. Y no solo por mí. También por los demás. Porque cuando tú estás en calma, los que te rodean también lo sienten.
Porque cuando tú lideras desde la presencia, das permiso a otros para hacer lo mismo.
El verdadero liderazgo no se basa en la autoridad. Se basa en la estabilidad emocional.
Y eso no se construye en una reunión. Ni en un plan estratégico. Se construye cada día, en cómo te hablas, en cómo te escuchas, en cómo te sostienes cuando todo parece tambalearse.
Por eso creo que:
La calma es el poder más infravalorado del liderazgo.
La presencia es el regalo más valioso que puedes ofrecer a tu equipo.
Y conocerte es la inversión más rentable que puedes hacer.
Porque si no sabes liderarte a ti, ¿cómo vas a liderar lo que hay fuera?
Esta semana, solo quiero dejarte una pregunta que quizá abra una puerta de reflexión. Y si te nace, me encantará leerte en respuesta:
¿Desde dónde estás liderando tú la mayor parte del tiempo: desde la reacción o desde la calma?
Gracias,
Carla
Suscríbete si te gusta lo provocador
Liderazgo Humano
CONTACTA
info@blobu.com
+34 600931688
© 2024 BLOBU. Todos los derechos reservados